La Publicidad de las películas que se ponen a disposición del público es, ahora, muy técnica y nos llega desde lejos, ya sea por intermedio de la prensa, la radio o la televisión. "Vuelta en Piñas", como se dice en broma, en los tiempos de los cines "Bolívar" y "Excélsior" especialmente, la propaganda se la realizaba en forma personal. Los encargados eran tres muchachos que recibían como pago la entrada gratuita a esa función. Salían por las calles llevando dos de ellos el cartelón y el tercero haciendo sonar la campanilla para llamar la atención, deteniéndose cada vez que el público quería fijarse bien sobre que película iban a exhibir esa noche en el "Excélsior" que funcionaba en la calle Loja, entre Juan León Mera y garcía Moreno.
Así mismo, se recordará otro tipo de publicidad o propaganda sui géneris cuando un muchacho muy trabajador "Tuco" Cabrera, que ahora es orgullo nuestro; para que le hicieran el pedido de la carne del borrego que su padre iba a sacrificar al día siguiente y para asegurar la venta, salía a recorrer por las calles con el 2ovejo2 a la izquierda exhibiéndolo y gritando a todo pecho: ¡Borrego para mañana!
Por esos mismos años teníamos a un señor avanzadito con su toalla colgada al cuello que la llevaba todos los días, que ofrecía a todo el mundo, algunas veces cortándoles el paso para que se detuvieran a comprarle los rallados, los batidores y los cabos de hacha: "Don Toallitas", como lo llamaban, fue un personaje que estuvo presente a diario por las calles de Piñas, hasta que cierto día dejó de salir, pero queda todavía el sabor dulce de los rallados de cidra en el paladar de los piñasienses.
Entre otras cosas se cuenta sobre las costumbres de lucir los mejores trajes, posturas, mudadas o togas tanto para ir a misa como par alas fiestas o bailes. A la salida de misa de la mañana o cuando lo requería el caso, don Eleazar Romero comenzaba a tocar el "bando" y la gente, a la voz de "hay bando" se reunía a la carrera alrededor de este personaje para escuchar las noticias que después de desenrollar el cucurucho, eran leídas por la autoridad. Estas noticias las enviaba el gobierno para que se enterara la ciudadanía.
Fuente: Leyendas, Anécdotas y Tradiciones de Piñas. Lcdo. Wilfrido Torres León
