Rubén Torres Aguilar, orquideólogo piñasense viene de una familia de investigadores, su padre, el Profesor Rubén Torres fue quien después de una exhaustiva investigación acerca de las orquídeas existentes en la zona, bautizó a Piñas como “Orquídea engastada en los Andes de mi Patria”, es desde entonces que Piñas adquirió ese slogan y lo mantiene hasta nuestros días.
Su madre también amante de la perfección dedicó gran parte de su vida a pintar y plasmar en hermosos cuadros la belleza incalculable de las orquídeas y otros elementos; con esto podemos darnos cuenta que este personaje estuvo siempre relacionado con estas bellas flores desde que era un niño.
Rubén Torres Aguilar, como buen piñasense ha sabido apreciar la belleza natural esparcida en las montañas de esta ciudad y su afición por las orquídeas le llevo en el año de 1997 a crear la primera orquídea en laboratorio, una flor de belleza extraordinaria como si los rayos del sol y la frescura de la montaña se hubiera impregnado en los colores y textura de sus pétalos; solo un hombre sensible admirador de la belleza en todas sus expresiones es capaz de dar vida en un frío laboratorio a lo que él considera su más grande creación.
Este acontecimiento significó mucho en la vida de este honorable piñasense, quien manifiesta que lo hizo debido a la afición que siente por las orquídeas y el deseo de buscar nuevas formas de reproducción y conservación de la flor símbolo de esta ciudad orense.
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